literature

El mar te dara familia (Capitulo 63)

Deviation Actions

kaizokuou16's avatar
By
Published:
283 Views

Literature Text

En la puerta oeste, esperaba Makoto, quien, despreocupada, no estaba por dentro de la ciudad, sino afuera. No demoraron mucho en llegar varios hombres que se detuvieron al verla recargada en el muro.

–No puede ser que hayan puesto a una chica aquí vigilando… –se lamentó uno de los invasores que se adelantó al grupo.

–Si me subestimas sólo por ser mujer, creo que ya sé quién ganaría si nos enfrentáramos –respondió Makoto. El hombre carcajeó y se adelantó un poco más hacia la pirata.

–Debes saber que yo, Byung Park, soy de los guerreros de élite del señor Lao y que tú no podrías hacerme ni un solo rasguño.

–¿Quieres probar en serio? –sonrió ella acercándose un poco a él, todavía ataviada con el vestido de noche. Byung se puso en guardia y lanzó una patada al rostro de la joven, quien la alcanzó a bloquear con sus manos.

–Nadie puede con mi tae kwon do –afirmó el invasor y sin previo aviso comenzó a dar una lluvia de patadas sobre Makoto. No había pausa entre un golpe y otro, mientras que los otros invasores celebraban la aparente ventaja de quien parecía su líder.

Una última patada envió a Makoto a estrellarse contra la puerta, pero ella no cayó derribada. Suspiró y volvió a acercarse a Byung mientras movía su cuello.

–¿Ya terminaste? Porque ahora me toca a mí –dijo y luego se quitó sus tacones y rasgó su vestido– es muy incómodo pelear con esto puesto –afirmó al tiempo que se ponía en guardia.

–Pensé que vendría más de uno por esta puerta –decía Jet al verse con un enemigo en el lado contrario de la ciudad que Makoto.

–Piensa en nosotros como la avanzada –respondió él, desenvainando una larga espada– pronto el resto de nuestros hombres tomarán control de todas las islas del archipiélago y se nos unirán aquí, cuando ya tengamos dominada la ciudad.

–Sobre nuestro cadáver.

–Pues de eso se trata –sonrió casi amigable el invasor– por cierto, soy Andrus.

–Jet, y te concedo que pareces tener honor de espadachín –el pirata entonces, al igual que su rival, sacó su arma, la Tsuda Sukehiro.

Osore lograba esquivar todos y cada uno de los ataques de Cessna. No sin esfuerzo, pero tampoco parecía algo natural. La chica poco a poco se desesperaba por no poder herir al pirata.

–¿Qué clase de pelea es ésta? –le dijo– ni atacas, pero tampoco puedo alcanzarte, ¿qué truco estás utilizando?

–No es truco de ninguna clase, es sólo una habilidad. Si la primera vez lograste herirme un poco, fue porque estaba distraído, pero no volverá a suceder –respondió Osore, quien finalmente comprendía cómo es que la capitana marine Hollie lo había vencido tan fácilmente en aquella ocasión– y si no te ataco, es porque preferiría que te rindieras, es mejor si no hiero a una mujer.

Cessna, al ver la inutilidad de sus acciones, finalmente enredó su cuerda en su brazo.

–Entonces tal vez no sea necesario pelear –dijo, y se acercó cuidadosamente a Osore. Éste se mantuvo en guardia, pero dejó de hacerlo al ver que la chica estiró sus brazos y le abrazó– tú y yo no tenemos por qué ser enemigos.

Pero Osore no se dejó llevar por las palabras de esa mujer y la retiró de inmediato.

–Tal vez antes este truco te habría funcionado, pero ahora sólo vivo para proteger a tres mujeres y encontrar a una más, así que será mejor que te vayas o tendré que hacerte daño.

Cessna se mostró enfadada y no hizo caso de la advertencia del pirata, y justo cuando se disponía a utilizar su cuerda nuevamente, Osore le atacó con gran rapidez, golpeándola en el cuello y haciéndole caer. Ella, con dificultad intentó levantarse, pero de nuevo utilizó la parte posterior de su lanza para darle un golpe en la nuca y finalmente noquearla. No habría querido hacerlo, pero bien sabía lo que era importante en ese momento.

A pesar de su propia advertencia, Shinta se había quedado inmóvil, viendo fijamente a Takuo. Estaba decidido a ayudar a Natsuki y a Fuu, pero no pudo evitar sentirse un poco nervioso. Un error y no sólo él saldría muerto, sino sus hermanas también.

Finalmente Takuo actuó lanzando un par de bombas dirigidas nuevamente hacia Fuu, pero ésas también fueron destruidas por disparos de Shinta. El tirador entonces ya no titubeó y disparó directamente hacia Takuo, quien apenas pudo evitar las balas.

Pero el invasor tenía algunas cartas bajo la manga. Lanzó una bomba más, pero cuando Shinta le disparó, la granada soltó esquirlas al explotar. No dañaron al adolescente, puesto que todavía estaba sobre el árbol, pero sí hirieron en una pierna a Natsuki. Shinta se encolerizó y disparó un total de cuatro balas, dos de cada revólver, a Takuo, quien sólo recibió dos, una en cada brazo. El guardia podía soportar el dolor, no le importaba por el momento.

–¡Tranquilízate! –le gritó Fuu desde donde estaba– estás en gran posición, no te muevas de allí. No gastes balas de más.

–¡Pero ustedes...!

–¡Compórtate como un hombre y dedícate a derrotar al enemigo! –le ordenó Fuu, pero él no se quedó tranquilo.

–¡Precisamente porque soy un hombre, no voy a quedarme aquí escondido, tengo que protegerlas! –afirmó él y salió de la copa de aquel árbol, disparando, pero sólo hiriendo a Takuo en una pierna. Aun así, el invasor no perdía la paciencia. En su mente tenía calculada una venganza mayor.

–Has cometido un grave error, chico –le dijo Takuo, guardando para sí el dolor, sobre todo de su pierna– según mis cálculos, te queda una sola bala. Uno de tus revólveres no tiene ya municiones y te será difícil recargar.

Fuu había hecho el mismo cálculo, Takuo estaba en lo correcto y ahora Shitna estaba expuesto, no sabía lo que debía hacer ahora; sin embargo, trató de tranquilizarse –“él lo dijo, ya es un hombre, debo confiar en él” –pensó mientras ayudaba a Natsuki a incorporarse.

Como Fuu esperaba, Takuo lanzó una bomba más hacia ellas. La princesa trató de huir junto a su amiga, pero el proyectil estalló antes de llegar. Shinta se había quedado sin balas. El adolescente entonces guardó sus dos revólveres en sus fundas que colgaban a los costados de su torso.

–¿Te has rendido? –dijo Takuo escandalosamente y luego echó a reír a carcajadas– ¡pero no creas que dejaré a tus amiguitas sólo por eso! ¡Te mataré y luego me las llevaré! –afirmó y envió más explosivos hacia el adolescente; sin embargo, aquellas bombas también explotaron. Shinta tenía en sus manos un par de pequeñas pistolas.

–Derringer... –sonrió Fubuki. La princesa entonces observó que Takuo se quedó quieto por un momento, sin decir nada, y sin enviar más explosivos– “ya me parecía” –pensó– “comienzan a agotársele las bombas, no son eternas ni infinitas, debe tener a lo sumo tres pares. Sabe que las Derringer pueden esconderse fácilmente, y apuesto a que Shinta tiene por lo menos otro par, esto se decide en el próximo movimiento, y no puedo quedarme quieta”.

Shinta había sacado de sus tobillos las Derringer, aquellas pequeñas pistolas que sólo tenían un tiro, pero que eran fáciles de camuflar y esconder, favoritas de los sicarios de antaño.

Takuo comenzaba a dudar y fue cuando Fubuki actuó. Sacó aquel cilindro que llevaba consigo y lo lanzó en dirección al invasor – ¡ahora Shinta! –avisó, teniendo total confianza en su nakama. Él supo lo que tenía qué hacer y, de la nada, tenía otro par de Derringers en sus manos, disparó una al cilindro y éste estalló en una nube blanca y con poco sonido. Cuando ésta se disipó, Takuo estaba congelado casi en su totalidad. Sólo su antebrazo y su cabeza estaban fuera del hielo.

–Todo terminó –afirmó Fuu, quien se acercó a Takuo– tus bombas ya son inútiles, claro, en el caso de que pudieras utilizarlas con tus dos piernas y un brazo congelados –luego la princesa cambió un poco su rostro al ver a Shinta– iremos pronto a descongelarte el brazo, el agua caliente bastará –dijo ella, notoriamente preocupada por el adolescente, quien había sido alcanzado por un poco del poder de aquel misterioso cilindro.

–Estoy bien –aseguró él– esto no es nada, mejor volvamos al palacio.
Poco qué decir. A seguir demostrando nuevas habilidades de los piratas.
© 2014 - 2024 kaizokuou16
Comments0
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In